La presión en contra de las comunidades LGBTQ+ en Rusia ha existido durante décadas. Esto comenzó más en forma en 2013 con la aprobación de una ley que prohibía la "propaganda LGBT" a menores. Esta ley prohibía la distribución de información que mencionara relaciones no heterosexuales o identidades no cisgénero a menores. En la práctica, esta ley se utilizó para aumentar la presión contra activistas y organizaciones de la sociedad civil.

A finales de 2022, se promulgó una nueva legislación sobre "propaganda LGBT". Desde entonces, la distribución de información sobre relaciones no heterosexuales e identidades no cisgénero, o su mención, está prohibida en toda Rusia, independientemente del público al que vaya dirigida. Ahora, cualquier debate positivo sobre cuestiones LGBTQ+ en Rusia es ilegal y puede acarrear altas multas para personas u organizaciones.

En julio de 2023, la Duma del Estado aprobó otra ley que prohíbe todos los aspectos de las transiciones de personas trans legales y médicas en Rusia. Esta legislación imposibilita que las personas cambien legalmente su género en los documentos, se sometan a operaciones quirúrgicas de afirmación de género o accedan a terapia hormonal. Además, para las autoridades rusas, prohibir las transiciones de personas trans es una "cuestión de seguridad nacional". El único "tratamiento" sugerido para las personas transgénero es la "curación de los problemas psiquiátricos que condujeron a la identidad transgénero", algo parecido a la "terapia de conversión".

Combinados con la implacable retórica transfóbica de los políticos y las autoridades rusas, estos hechos sugieren que Rusia es un entorno inseguro para las personas trans. Quienes decidan abandonar el país a causa de su identidad deben tener la oportunidad de encontrar refugio en naciones extranjeras donde su vida y su salud no corran peligro.

Esta campaña es dirigida por Coming Out y Center-T.