Gustavo y Luis son una pareja que quería comprar una casa en un fraccionamiento privado en San Luis Potosí. Iniciaron los trámites con la inmobiliaria y todo iba bien hasta que la asesora inmobiliaria se enteró que eran pareja. Les negaron la compraventa porque no se quería a personas homosexuales en el fraccionamiento.

Es decir, no solo se les negaba a ellos en lo individual el acceso a la vivienda sino que la inmobiliaria había decidido que todo ese fraccionamiento privado sería una zona de la ciudad exclusivamente para personas heterosexuales.

Gustavo y Luis presentaron una demanda de amparo en contra de la inmobiliaria por la discriminación, así como en contra de autoridades locales y federales por no haber creado ninguna norma que prohíba la discriminación en la compra y renta de vivienda (normas que sí existen en otros países).

Este 11 de mayo la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidirá si toma su caso para resolverlo. No todos los casos llegan a la Suprema Corte sino solo aquellos que aborden temas novedosos o de gran trascendencia que pueda servir de precedente para casos futuros.

Si la Suprema toma el caso de Gustavo y Luis, no solo podría darles justicia a ellos sino adoptar bases sólidas para ayudar a otras parejas en el país que enfrenten una situación similar.

Además, este caso podría ser la primera vez que la Suprema Corte aborde el acceso a la vivienda de la población LGBT+ y el derecho a la ciudad.

Honorables Ministros y Ministras de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: les pedimos que tomen el caso de Gustavo y Luis y les den justicia. Nunca más ciudades que excluyan a la población LGBT+

#ViviendaSinMiedo #PorGustavoYLuis