Senado de México: prohíban las “terapias” de conversión

Las mal llamadas "terapias de conversión" intentan cambiar a las personas LGBTI+ y van desde violaciones "correctivas", electroshocks, medicalización, exorcismos, humillaciones y más. Son tortura y no funcionan porque #NoHayNadaQueCurar

Los ECOSIG (Esfuerzos para “Corregir” o reprimir la Orientación Sexual, la Identidad y/o expresión de Género) conocidos generalmente como las mal llamadas “terapias” de conversión, son prácticas que buscan reprimir -sin éxito- la orientación sexual, identidad o expresión de género de una persona, y en México siguen sucediendo sin que nos demos cuenta, violando los derechos humanos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y más (LGBTI+).

Los ECOSIG, además de las “terapias” de conversión, también se manifiestan a través de tratos crueles, inhumanos y humillantes como las violaciones “correctivas”, electroshocks, privación de la libertad, exorcismos, medicalización forzada de los cuerpos, entre otros. 

Además de no funcionar, de acuerdo a las Naciones Unidas, estas prácticas configuran tortura, generando graves consecuencias físicas y psicológicas para las víctimas que en su mayoría son jóvenes. Es por ello que debemos ponerle fin a estas prácticas violentas y discriminatorias.

Las mal llamadas “terapias” de conversión no son terapéuticas y por el contrario, son prácticas fraudulentas que lucran con el dolor y la desinformación de las familias, orillando a muchas de sus víctimas al suicidio. Desde 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS), retiró de su manual de diagnósticos mentales a la homosexualidad y recientemente lo ha hecho también con la transexualidad, para reconocerlas como variantes más de la sexualidad humana, dejando claro que no hay #NadaQueCurar. La diversidad sexual la integramos todas las personas y es parte de la naturaleza humana.

Es sorprendente, pero los ECOSIG aún ocurren en México y mucho más de lo que creemos. Son impulsados por diferentes grupos altamente conservadores que no respetan lo que la academia y las instituciones de salud más reconocidas a nivel mundial y nacional han declarado: no hay #NadaQueCurar, porque ser LGBTI+ no es una enfermedad. Por eso la importancia de legislar en torno a este tema ya que permitirá atender los casos existentes, además de que una vez tipificado, las organizaciones de la sociedad civil podemos incidir para que los Estados generen políticas públicas para prevenir el delito. Es importante y necesario que para las personas sobrevivientes y nuestras familias, esta legislación representa la reparación del daño que alguna vez se nos hizo. 

Sabemos que la sociedad mexicana todavía requiere mayor educación sobre temas referentes a la diversidad sexogenérica. Esto afecta especialmente a los grupos de atención prioritaria como las poblaciones LGBTI+ que “salimos” de la “norma”, ocasionando que existan espacios poco seguros para el derecho al libre desarrollo de nuestra personalidad y que nos hace especialmente vulnerables a que grupos de culto o de “profesionales” sin ética o con déficit de actualización, disfracen estos esfuerzos de ayuda, haciendo más difícil identificarles y denunciarles.

Este es un tema urgente para la construcción del México diverso que merecemos.  

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Para Senado de México:

Pdta. de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores: Olga Sánchez Cordero; Junta de Coordinación Política: Ricardo Monreal, Julen Rumentería, Miguel Osorio Chong, Dante Delgado, Manuel Velasco, Geovanna Bañuelos, Sasil de León, Miguel Mancera, Freyda Villegas, Higinio Martínez, Josefina Vázquez.

Solicitamos se continúe a la brevedad posible con el proceso legislativo para aprobar la iniciativa con proyecto de decreto que adiciona un artículo 149 quáter al Código Penal Federal y un artículo 465 bis a la Ley General de Salud, cuyo propósito es prevenir y sancionar las prácticas que pretenden reprimir la orientación sexual, identidad y expresión de género de las personas (“terapias” de conversión). Para que sea entonces incluida en la orden del día, pueda ser votada y aprobada por la LXV Legislatura del Senado de la República.

El dictamen de la iniciativa se turnó desde el año 2018 a las Comisiones Unidas de Justicia y de Estudios Legislativos de la Cámara de Senadores, logrando avanzar en marzo del 2020; sin embargo, todavía no ha sido pasada a votación al pleno, no obstante que es de suma relevancia para el país ya que busca adoptar medidas para prevenir tratos crueles, inhumanos y humillantes que enfrentamos las personas LGBTI+ debido a diversos estigmas y actos discriminatorios que violan nuestros derechos humanos, enfrentándonos a situaciones que limitan la posibilidad de vivir libres de violencia. 

En ese sentido, los ECOSIG (Esfuerzos para “Corregir” o reprimir la Orientación Sexual y la Identidad/expresión de Género) son prácticas que van desde la privación de la libertad, violaciones "correctivas", electroshocks, medicalización forzada de los cuerpos, exorcismos y por supuesto, las mal llamadas "terapias” de conversión o reparativas, mismas que son consideradas como tortura por las Naciones Unidas. Estas prácticas crueles, inhumanas y humillantes, limitan el desarrollo y potencial de las personas LGBTI+, en el peor de los casos orillándolas al suicidio. Es importante mencionar que la propia Organización Mundial de la Salud y otras instituciones académicas a nivel global han determinado que no hay #NadaQueCurar. 

El Estado tiene la obligación de garantizar un marco legislativo que contribuya a mejorar las condiciones adversas que vulneran la calidad de vida de las poblaciones LGBTI+; de ahí la necesidad de que por ley se prohíban los ECOSIG en continuidad a la defensa de los derechos humanos de todas las personas y en la construcción de un México más justo, incluyente y equitativo; por ello, la aprobación de esta iniciativa representa subsanar una deuda histórica que nuestro país tiene con nuestras comunidades y es la reparación integral del daño que alguna vez se nos hizo a las víctimas y ahora sobrevivientes de estas dantescas prácticas. 

Como sobrevivientes, personas defensoras de los derechos humanos e integrantes de las poblaciones LGBTI+, señalamos la urgencia de legislar sobre este fenómeno, merecemos una vida sin discriminación. 


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