En Burkina Faso, las personas trans contribuyen con orgullo al desarrollo del país. Pero también son víctimas de abusos y violencia deshumanizantes. Las autoridades deben reforzar su compromiso de proteger a las personas contra la discriminación.
Las personas burkinabè (como se le llama a las personas de Burkina Faso) contribuyen al desarrollo del país a nivel económico, cultural y social.
Sin embargo, no todas las personas burkinabè son tratadas por igual. Durante muchos años, dentro de la población burkinabè han empezado a aparecer diferentes formas de violación de derechos y de discriminación que, muchas veces, están basadas en la orientación sexual y/o la identidad de género.
Pero así como el resto de personas burkinabè, las personas trans contribuyen con orgullo al desarrollo de su país.
Sólo que, por desgracia, son uno de los grupos más marginados. Día a día, son víctimas de violencia física y psicológica, que deshumaniza su existencia. Gran parte de los abusos y la violencia que sufren las personas trans son causados por sus propias comunidades, e incluso por sus propias familias.
Tristemente, hablar sobre orientaciones sexuales e identidades de género sigue siendo un gran tabú en Burkina Faso. Es por eso que estas violaciones de los derechos humanos se normalizan y cambiar esta mentalidad colectiva sigue siendo una batalla ardua.
Para que la población burkinabè se siga desarrollando, es vital que las personas trans sean protegidas de toda forma de violencia y discriminación. Por eso exigimos que las autoridades refuercen su compromiso de proteger a toda la población, sin importar quienes sean o a quién amen.