Miembros de la comunidad LGBTIQ+ en Tailandia informan que las prácticas de “terapia de conversión” continúan existiendo.

Nikki Phinyapincha (ella), fundadora de TransTalents Consulting Group y cofundadora de Trans Pride Tailandia, habló sobre las prácticas de “terapia de conversión” en Tailandia en su entrevista:

“... usaron muchas formas diferentes de violencia hacia mí, tanto verbal como física. Y creo que de esa manera realmente moldeó el trauma infantil que tuve. Después de ese incidente, no me sentí segura para compartir nada con mi familia de origen. Tailandia, que parece ser una sociedad muy acogedora y amigable con las personas LGBTIQ desde afuera, pero ser parte de la comunidad LGBTIQ que sufrió esa discriminación y acoso… creo que además de tener una reforma legal para prohibir la terapia de conversión, la forma en que Tailandia debería abrazar esto es haciendo que los y las miembros no LGBTIQ, ya sea parte de la familia, escuela, parte de la política pública [creadores] sean parte de ese cambio a través de la educación, aprendiendo más sobre las diferencias y la diversidad, aprendiendo a APOYAR en lugar de SUPRIMIR”.

Para ver la entrevista completa de Nikki Phinyapincha, haz clic aquí. (en inglés)

Al igual que Nikki Phinyapincha, muchos miembros de la comunidad LGBTQI+ en Tailandia han sido víctimas de prácticas dañinas de “terapia de conversión”, las cuales continúan siendo realizadas por individuos, miembros de la familia, escuelas, profesionales médicos, líderes religiosos y comunitarios.

Las “terapias de conversión” se utiliza como un término general para describir intervenciones de diversa índole, todas las cuales comparten la creencia de que la orientación sexual o identidad de género (OSIG) de una persona puede y debe cambiarse.

Estas son intervenciones profundamente dañinas que se basan en la falsa idea médica de que las personas LGBTIQ están enfermas, infligiendo un dolor y sufrimiento severos, y resultando en daños psicológicos y físicos duraderos.

En 2020, el Experto Independiente de la ONU en OSIG, pidió una prohibición global de la “terapia de conversión” y señaló:

“Las prácticas de terapia de conversión infligen un dolor y sufrimiento severos a las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans y de género diverso (LGBT), a menudo resultando en daños psicológicos y físicos duraderos”, y “tales prácticas constituyen una violación flagrante de los derechos a la autonomía corporal, la salud y la libre expresión de la orientación sexual e identidad de género de una persona”.

¡Pero ahora, Tailandia tiene la oportunidad de poner fin a esto de una vez por todas!

Firma ahora para exigir una prohibición integral de la “terapia de conversión” en Tailandia.

Esta campaña es llevada a cabo por ILGA Asia junto con All Out.